lunes, 22 de diciembre de 2008

¿Dónde está mi Navidad?


Siempre he tenido espíritu navideño. En cuanto se acercaban las fechas señaladas mi corazón se revolucionaba: pensaba en los regalos, en el belén, el árbol, las grandes cenas, la familia, los festejos del año nuevo, la Misa del Gallo...

Pero este año las fechas señaladas se me han venido encima sin avisar. Sin darme cuenta, la Nochebuena se ha colado en mi salón, y yo ni siquiera había puesto un poquito de espumillón colgando de un cuadro... No entiendo esta desilusión que lleva sobre mí ya un tiempo, y que a pesar de los intentos por ignorarla, siempre vuelve. Y ahora llegan las fiestas, y no hago otra cosa que suspirar, que lanzar aire al aire, como si poco a poco, con cada suspiro, se me fuera volando el espíritu, las ganas, la ilusión.

Podría pasar de largo la Navidad, que este año no lo notaría. Y mientras tanto, sigo suspirando. Suspirando por algo que no sé, por algo que está en mi cabeza pero que no soy capaz de descifrar. Ha sido un buen año en muchas cosas, y me siento imbécil por no saber poner todos esos buenísimos recuerdos sobre la mesa y decir: "¡joder, que suerte tengo!". Unas entradas atrás hablaba de lo efímero de la genialidad, y sigo reiterando que lo genial me rodea cada día, pero no lo sé ver. Eso que hay de genial en mi vida sale a flote de vez en cuando, pero normalmente lo mantengo escondido, oculto, en un espeso pantano que no deja ver lo que hay bajo el agua.
Las navidades aún no han llegado y ya les temo. Son unos días para echar de menos, para llenarnos de nostalgia los bolsillos, y para darnos cuanta que muchas cosas no son como antes, y que otras siguen igual.

Me pregunto dónde está mi Navidad y nadie me contesta. Intento cerrar los ojos, me pongo los villancicos más inspiradores del mundo, tocados por grandes orquestas que llenan de pomposidad las paredes de mi salón, pero nada. Sigo igual, suspirando. Y más aire se escapa de mi boca en dirección a ninguna parte, buscando el calor de una hoguera que ilumina un árbol decorado en rojo y oro. El árbol de mis navidades pasadas.

Tampoco este año he enviado los christmas de todos los años, y ahora me arrepiento. Esas cartas simbolizan un abrazo enorme con aquellos a los que quiero pero no están cerca. Una lástima más que sumar a este estado de eterna nostalgia de algo que desconozco.

Si encontrara un motivo para esta tristeza, quizá se acabaría y volvería mi infantil deseo de paz y amor en estas fechas. Quizá aún estoy a tiempo de buscarlo, a lo mejor podéis decírmelo vosotros, dicen que 4 ojos ven más que 2, y que desde fuera todo se ve distinto... En fin, ahí lo dejo, para el que quiera darme su particular visión de esta paranoia que me come por dentro...

sábado, 13 de diciembre de 2008

Historias de la Fcom: Encierro a la boloñesa

Los Bolonios han tomado mi facultad. Pasando la copistería puede leerse: "sala de dormir", "sala de estudiar"... en las puertas de los seminarios de la planta baja. Llevan desde mediados de semana encerradicos en la FCOM.

Las pintas de los personajes son para verlas. Hacinados (cuatro gatos, no os vayáis a creer que más), los Bolonios observan desde el otro lado de la puerta, desde ese ojo de buey tras el que se esconden estos cansinos sujetos.

Aún recuerdo los principios, cuando las asambleas estaban llenas de gente interesada. Ahora ya no queda nada: los Bolonios luchan como inútiles contra algo imparable. Encima se hartan de colgar fotocopias demostrando el bien que le hacen a la Humanidad (ay si no hubiesen existido los Bolonios!), fotocopias que por otro lado no te provocan otra cosa que el pensar "qué flipaos están...".

A la luz del trabajo de investigación de los compañeros de Punisheando, la única cosa que me queda por decir es: enhorabuena, queridos alumnos de la Facultad de Comunicación. El Aula de Cultura tiene que recortar el presupuesto para pagar las pancartitas hechas con papel de envolver que los Bolonios han distribuido a modo de murales por tooooda la Facultad. A cual más tonta, surrealista y confusa. Se han hecho con el puesto de Delegación de Alumnos y nos hemos quedado tan panchos. A partir de ahora pagaremos los bocadillos de jamón de los Bolonios en las laaaaargas noches de los encierros. Pobrecitos lo que sufren.

Lo peor es que me parece un insulto que intenten compararse a los que protestan por la desaparición de sus carreras, precisamente cuando Bolonia va a traerles (a ellos que lo disfrutarán) un modelo de enseñanza con alta valoración de las prácticas, algo que ya hacía falta en una carrera como Periodismo.

En fin, que si queréis seguir viviendo del cuento (una de las razones contra Bolonia es la oposición al control de la asistencia a clase), me parece muy bien, pero no a costa de becas de gente que realmente lo necesita cuando tú estás rascándote en el parquecito de detrás, o a costa de paralizar las clases cada vez que os venga en gana para hacer asambleas que lo único que nos hacen es perder el tiempo.

Retiraos con dignidad, Bolonios de la FCOM, antes de que os arrolle vuestra causa, convertida por vosotros mismos en una vulgar pantomima sin norte.

El eterno sonido del cine

Nació en 1932. La era de entreguerras le permitió tomar aire tranquilamente antes de que el fascismo asolara Europa y EEUU, siempre atenta a la jugada europea, pensara en "echar una manita" al mal llamado Viejo Continente.

Nadie le dijo que sería uno de los compositores más célebres de Hollywood cuando sólo soñaba con sencillas melodías que él creía inútiles. John Williams, el músico, el gran músico de cine que vistió los silencios de majestuosidad, es el hombre al que dedico esta entrada.


Empezó estudiando música (¿qué si no?) en el conservatorio de su barrio, y llegó a dominar cuatro instrumentos: trombón, clarinete, trompeta y piano. ¿Recuerdan la archiconocida fanfarria de la 20th Century Fox? Pues en ese bosque de metales estaba él. Con su trombón nuevecito, Williams ligaba desde ese momento su vida a la maravillosa labor del compositor de bandas sonoras de cine.

Al principio todos estaban escépticos. Qué osado querer poner música a tantos filmes, más de 100, y no retirarse nunca (a pesar de que advirtió que lo haría tras La lista de Schindler). Sin embargo, el tiempo lo fue colocando en el lugar que merecía, y le concedió 5 Oscar de nada más y nada menos que 45 nominaciones. Y luego los Globos de Oro (ganó 4 de las 20 veces que fue propuesto).

Seis décadas componiendo al servicio del cine que ha construido nuestros recuerdos. Un nombre íntimamente ligado al cine de aventuras que nos hizo soñar: Tiburón, El coloso en llamas, Star Wars (todas), Superman, Harry Potter, Indiana Jones, E.T., Jurassic Park... y un sinfín de composiciones que han quedado para los anales de la Historia. También maestro de lo sobrenatural (Encuentros en la Tercera Fase, Drácula, La Guerra de los Mundos) y de los dramas más duros, con una unión especial a aquellos en los que Spielberg retrata la historia judía: la sublime y ya citada, La lista de Schindler, y un drama desgarrador, Munich.


Su talismán: la Orquesta Sinfónica de Londres, con la que grabó, entre otras, las bandas sonoras de Star Wars, y con cuya grabación vendió más de 4 millones de copias en 1977. A partir de ese momento las universidades americanas se lo rifaban. 14 de ellas le concedieron títulos honoríficos, entre ellas la de Boston y el Conservatorio de Nueva Inglaterra.

Además, escribió la música por encargo para 4 Olimpiadas (Los Ángeles 84, Seúl 88, Atlanta 96 -el centenario de los JJOO modernos- y Salt Lake City 02).

Sin duda, si hubiese podido volver a nacer, él sería una de las personas que escogería ser sin dudarlo. Sólo un genio puede crear semejantes piezas para gloria del cine. El mejor de los compositores fílmicos americanos sin duda. Aqui abajo os dejo un poco de toda esa maravillosa obra.

Gracias John Williams.


jueves, 11 de diciembre de 2008

Una nueva aventura

El ente público me abre las puertas. Los Reyes me dejarán a los pies del árbol un regalo insospechado: mi incorporación el día 7 de enero a Canal Sur Radio. El reto podría ser sólo ese: el enfrentarme al medio que más miedo me da, el del micrófono. Sin embargo, no contento con eso, me apunté nada menos que a las prácticas en la sección de deportes. Quienes me conozcan sabrán que lo deportivo me es tan ajeno que esta nueva empresa es casi una osadía. Pero me prometí que este año me enfrentaría a mi campo más desconocido, el deportivo, y qué mejor manera que hacerlo así.
Canal Sur Radio es un paso más después de abandonar Diario de Sevilla este verano. Ahora entiendo a mi amiga Marian cuando decía que no podía dejar de trabajar, porque le encantaba. Ahora lo entiendo.

Ahora prosigue la aventura que comencé este verano en la segunda planta de la Calle Rioja. Es el momento de seguir aprendiendo, en un medio distinto, con nuevos compañeros y nuevos retos.

Revisando mis errores en el Diario, me dí cuenta de que los días que no me apetecía implicarme demasiado en la noticia, el papel era un reflejo de mi mente: frases torpes, aburridas, faltas de originalidad, e impregnadas del estilo telegráfico. Por eso, y después de darme cuenta de que no se puede ser genial durante todo el tiempo, he decidido, al menos, mantener mi genialidad durante el mayor número de horas posible en activo.

Al fin y al cabo, noviembre ha sido un mes pesimista (si leeis las entradas en este blog del mes pasado, sobran las palabras...), y diciembre se merece un cambio de aires...y enero, y febrero, ¡y hasta que pueda mantenerlo!.

Lo dicho, una nueva etapa llena de sorpresas. Porque, si en quinto de carrera ya pierdo la ilusión, ¿qué es lo que me queda?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

MeMe para todos los públicos

No, MeMe no es una amiga mía. Es una especie de cadena bloguera que me ha llegado a mi, digamos que por azar, de la mano de un bilbaína bailarina llamada Bayadère (http://dancingasnobodyswatching.blogspot.com/) a la que al principio me volví loco intentando poner cara, hasta que me di cuenta de que no la conocía... Lo que ella no sabía (cosas del destino) es que hace sólo unos meses yo mismo estudiaba La Bayadère con mi profesor Stephen Fitzpatrick, que la iba a interpretar en la Ópera de Berlín. Coincidencias, coincidencias...
Pero antes de empezar, unas normas básicas:

1. Linquea al que te ha tagueado y pon estas normas en tu blog.
2. Comparte 7 hechos sobre ti en tu blog, algunos al azar, otros curiosos.
3. Taguea a 7 personas al final de tu entrada dejando sus nombres y los enlaces a sus blogs.
4. Hazles saber que han sido tagueados dejando un comentario en sus blogs.
5. Si no tienes 7 amigos, o si alguno ya fue tagueado por otro, entonces busca a algún extraño insospechado.

Una vez definidas las normas, me enfrento a esta experiencia insospechada.

Primero. Supongo que después de llevar 12 años estudiando música, será que por un momento me entró la paranoia, pero a principios de este curso la abandoné. Y todo partió de un hecho curioso. Mi primera clase en el Superior: Teoría de las Formas. Nos reparten unos documentos par leerlos durante el curso, y entre ellos encuentro uno que me llama la atención y leo un párrafo al azar. Habla sobre la teoría de que el músico, conforme más estudia y aprende los entresijos formales y armónicos de las obras, más se insensibiliza ante la hermosura. El músico pierde la capacidad de emocionarse. Me quedo perplejo, y lo vuelvo a leer: me parece terrible. Tanto me marcó aquella frase que huí despavorido del academicismo, buscando nuevas rutas pero con la misma pasión por la música. Supongo que prefiero amarla a conocerla.

Segundo. Soy un despiste continuo. Por mucho que intente estar alerta a lo que pasa a mi alrededor, nunca me entero de nada. A menos que esté muy despierto, hay como una burbuja que me hace olvidar que hay vida más allá y que las cosas ocultas existen. Soy como Pérez Galdós, un realista, pero un realista a la fuerza, porque me creo que todo es tal y como aparenta. Una mala virtud para un periodista, que estoy intentando corregir.

Tercero. Estoy obsesionado con la literatura de calidad, y cuando fui a Londres hice que mi amiga Isa me llevara hasta la casa de Charles Dickens. Sin embargo, nunca había leído nada de él. En cuanto llegué a España (con los vellos de punta) pensé en que si no leía algo suyo, estaba traicionando su memoria. Antesdeayer me compré Historia de dos ciudades. A ver si consigo sentirme mejor conmigo mismo.

Cuarto. Este año termino la carrera, y en lugar de alegría sólo tengo nostalgia. Creo que mis amigos de la clase están empezando a odiarme, porque con eso de que nos separaremos, no los dejo ni un minuto en paz. Quiero estar 24 horas con ellos, de pesadilla infernal. Y si leen esto se darán cuenta de que no son malas mis intenciones, sino que es la única manera que tengo de demostrarles lo que valoro estos 5 años que hemos compartido. Lo siento!!

Quinto. Copiando a mi compañera bloguera, también quiero hablar de un pecado capital: la soberbia. Dicen que es malo, dicen que la virtud es la humildad: no lo dudo. Pero viniendo del mundo del que vengo, del mundo del aplauso de los conciertos, y habiendo saboreado el placer de que aparezca tu nombre en toda un página doble de un periódico, no puedodecir menos que mi soberbia está justificada. Si hago las cosas bien, estoy orgulloso de ellas, y por consiguiente, me gusta qe me lo reconozcan. No quiero gloria ni premios, sólo un gracias. Y parece que como cristiano, eso es malo... pues lo siento, pero para mí, esos detalls son los que me dan fuerzas para no perder la ilusión cada día.

Sexto. Mi frustración maldita es salir de Sevilla. He probado con las Erasmus, las Séneca, las becas de idiomas y el cambio de Universidad por traslado de expediente...y nada. Cada año que he empezado la carrera he dicho que quería irme fuera, y nunca lo he conseguido. Se me pasaban los plazos, cancelaban mis solicitudes o aparecían cosas que me encadenaban a Sevilla. Amo mi ciudad, pero empiezo a pensar que ella tiene una obsesion enfermiza por mi!!

Séptimo. Mi peor defecto, y lo que me mata poco a poco, son los cambios en mis estados de ánimo. Lo mismo estoy feliz, que triste, que enfadado, que te odio a muerte, que te como a besos, que estoy gracioso, que borde... Mi mente es un espacio que nunca comprenderé cómo funciona. Lo malo es que le hago daño a la gente por culpa de esos cambios de estado, y acabo dejando a muchas personas maravillosas por el camino. Algo horrible que parece que voy superando.


En fin, aquí termina este MeMe. Y devuelvo la pelota para que sigamos con esta cadena. lgunos sé qu no lo haréis, pero espero que otros sí. Invito a Gloria, a Emilín, a Isa, a Gema, a Laura. Y a todo aquel que se anime...sé que no son siete, pero ya buscaré dos más para la lista!